El jueves sin tele que inspiró una leyenda en Islandia

El jueves sin tele que inspiró una leyenda en Islandia

Imagina un día a la semana sin televisión, un momento dedicado completamente a la familia y las tradiciones locales. Así fue Islandia durante casi dos décadas, donde los jueves eran un fenómeno especial. La televisión estatal RÚV estableció que no habría transmisiones ese día, generando una serie de eventos interesantes y legendarios en el imaginario colectivo.

Durante los años sesenta, cuando la emisora estatal RÚV comenzó a operar, se decidió limitar las emisiones para fomentar la vida familiar y social. Sin televisión los jueves, las familias islandesas tenían la oportunidad de acercarse más, socializar con vecinos y mantener con vida las costumbres locales. Se esperaba que las personas pasaran más tiempo juntos, entraran en contacto con la naturaleza e incluso recuperaran la lectura como entretenimiento principal. Este enfoque también buscaba proteger la identidad cultural de Islandia de influencias extranjeras, controlando el contenido que entraba al país, contrastando así con las emisiones de la base militar estadounidense en Keflavík.

Por otro lado, había razones más prácticas detrás de la medida. El personal y el presupuesto de RÚV eran limitados, y el descanso del jueves funcionaba como una solución para dar un día libre a su equipo, que hacía malabares con múltiples tareas. Con el monopolio sobre la televisión, RÚV no perdía audiencia por mantener esta rutina, ya que los espectadores no tenían otra alternativa de entretenimiento televisivo. Esta tradición fue interrumpida en 1986 para cubrir la cumbre histórica entre Reagan y Gorbachov en Reikiavik, con las emisiones de los jueves regresando definitivamente cuando apareció la competencia privada el año siguiente.

En la memoria colectiva quedó una leyenda: los “bebés de los jueves”. Al no estar pegadas al televisor, las parejas habrían encontrado otras formas de disfrutar el tiempo juntos. No existe evidencia científica que confirme un aumento real en la natalidad los jueves, pero la historia resalta la forma en que el entretenimiento y la vida familiar eran concebidos en una época muy diferente. El mito sigue siendo un testimonio ameno de esos días desconectados, donde la vida fuera de casa cobraba protagonismo.