La ESA invertirá casi 50 millones de dólares en el diseño de una mini-Starship europea
La carrera espacial europea está dando un paso audaz hacia la reutilización completa de cohetes. La Agencia Espacial Europea (ESA) acaba de firmar un contrato millonario con la compañía italiana Avio para diseñar una etapa superior reutilizable que pueda volar al espacio, regresar a la Tierra y volver a despegar. Este ambicioso proyecto representa un desafío tecnológico incluso mayor que recuperar solo la primera etapa de un cohete, algo que ni siquiera la industria espacial europea ha logrado dominar completamente hasta ahora. Con esta inversión de 40 millones de euros (aproximadamente 47 millones de dólares), Europa busca ponerse al día en la revolución de los cohetes reutilizables que SpaceX inició hace casi una década.
El contrato fue firmado durante el Congreso Internacional de Astronáutica en Sídney, marcando un hito importante en los esfuerzos europeos por desarrollar tecnología espacial sostenible. Durante los próximos dos años, Avio se dedicará a definir los requisitos, el diseño del sistema y las tecnologías necesarias para crear un demostrador capaz de regresar de manera segura a la Tierra y ser reutilizado en misiones futuras. Al finalizar este período, la compañía entregará un diseño preliminar tanto para la etapa superior reutilizable como para la infraestructura terrestre requerida para hacerla realidad. Este proceso de diseño preliminar es solo el comienzo de un largo camino, similar al que recorrió el cohete Ariane 6 de Europa, que completó su revisión de diseño preliminar en 2016 pero no voló hasta ocho años después.
Lo más llamativo de este proyecto es su evidente inspiración en el Starship de SpaceX. Los conceptos artísticos liberados por Avio y la ESA muestran un vehículo con una semejanza sorprendente al diseño de SpaceX, completo con cuatro aletas en la parte superior e inferior. Esta ‘mini-Starship’ europea estaría montada sobre una etapa de refuerzo similar al cohete Vega de combustible sólido que Avio ya desarrolla. Aunque no se han revelado especificaciones sobre el tamaño o rendimiento del lanzador, el mensaje es claro: Europa no quiere quedarse atrás en la próxima generación de tecnología espacial. Mientras otras compañías en Estados Unidos, China y Europa todavía intentan replicar el éxito del Falcon 9 parcialmente reutilizable, la ESA y Avio están apuntando directamente hacia el futuro que SpaceX está construyendo con Starship.
Este contrato representa más que solo una inversión financiera; es una declaración de intenciones sobre el futuro de la exploración espacial europea. Aunque SpaceX, respaldada por los bolsillos profundos de una de las personas más ricas del mundo, ha tenido dificultades para perfeccionar todas las tecnologías necesarias para hacer funcionar Starship, su progreso constante está inspirando a otros actores globales. El hecho de que la ESA esté dispuesta a invertir en esta tecnología demuestra que la reutilización completa ya no es vista como una opción, sino como el camino inevitable hacia un acceso al espacio más económico y sostenible. Este proyecto podría marcar el comienzo de una nueva era para la industria espacial europea, una que combine la tradición de excelencia técnica con la innovación disruptiva necesaria para competir en el mercado espacial del siglo XXI.
