No eres tú, es el volumen: por qué los subtítulos son el nuevo mejor amigo de tus series y películas
¿Te ha pasado que estás viendo tu serie favorita y, por más que le subes al volumen, no entiendes ni media palabra de lo que dicen los personajes? Si tu respuesta es un rotundo “sí”, ¡bienvenido al club! No, no te estás volviendo viejo ni tu televisión se descompuso. Lo que estás experimentando es un fenómeno global que ha llevado a millones de personas, incluso en EE. UU., a recurrir a un aliado inesperado: los subtítulos, y no precisamente para ver dramas coreanos, sino para entender el inglés que, irónicamente, se supone que están hablando. Prepárate porque te vamos a contar por qué.
La neta, la culpa no es solo de tu entorno. Una parte importante de este enredo recae en las mismas producciones y en cómo se crea el audio hoy en día. Antes, los actores tenían que proyectar la voz, como en el teatro, para que se les escuchara claro. Pero con los micrófonos modernos y las técnicas de actuación más íntimas, ahora susurran o hablan con tan poca fuerza que parece que están contándose un secreto solo a ellos. ¿Has intentado ver una película de Christopher Nolan, como “Oppenheimer” o “Tenet”? Sabes de qué hablamos. Los profesionales de sonido, incluso ganadores del Óscar como Tom Fleischman, han señalado que la mezcla de sonido digital, con tantas capas de efectos, música envolvente y ruidos ambientales, simplemente “mata” los diálogos. Es como si la voz de los protagonistas quedara atrapada debajo de una montaña de sonidos, haciendo casi imposible que “salga limpia”. A veces, incluso, los directores aprueban estas mezclas finales sabiendo que el diálogo es prácticamente indescifrable. ¡Imagínate!
Pero espera, que la cosa no termina ahí. Tu sala o habitación también juega un papel importante. En nuestra vida cotidiana, llena de ruido ambiental, desde los niños jugando hasta el vecino con la música, es difícil encontrar el silencio perfecto para clavarse en una película. Y ni hablar de las teles actuales: son súper delgadas y bonitas, pero muchas emiten el sonido por la parte de atrás, lo que hace que los diálogos se pierdan aún más fácil en el espacio. Las plataformas de streaming como Netflix, Hulu y Amazon Prime Video lo saben. De hecho, desde 2010 empezaron a añadir subtítulos a sus producciones, inicialmente por la presión de asociaciones como la Nacional de Sordos que buscaban mayor accesibilidad. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de algo “chido” para ellos: es mucho más barato poner texto en pantalla que pasar horas y horas editando pistas de audio para que la voz de los actores se escuche perfecto. Es una solución práctica que resuelve dos problemas a la vez: la accesibilidad y el desafío técnico de un sonido cada vez más complejo, aunque con la IA, los costos podrían bajar aún más.
Así que la próxima vez que te encuentres activando los subtítulos para ver esa serie que todos están echando un ojo, recuerda que no estás solo. Es una tendencia que llegó para quedarse, una solución ingeniosa ante un problema cada vez más común en la producción de contenidos visuales. Los subtítulos, antes pensados solo para idiomas extranjeros, se han convertido en nuestros mejores aliados para no perdernos ni un solo detalle de lo que pasa en pantalla. ¡Qué bueno que existen para que podamos disfrutar de nuestras historias favoritas sin tener que esforzar el oído al máximo!
