Es el ecosistema de aplicaciones…

Ciudad de México, mayo 2019.- Exactamente hace una semana, amanecimos con la noticia de que Google cortaba relaciones de negocio con la empresa china Huawei todo esto a raíz del veto presidencial que se le impuso la semana antepasada a la compañía por supuestos actos de espionaje que, por cierto, no han podido ser comprobados, señaló Gonzalo Rojón, de The Competitive Intelligence Unit, CIU.
Lo anterior tiene diversas implicaciones. Huawei produce muchos bienes de la cadena de valor de las telecomunicaciones, pero en lo que respecta a los smartphones (Las nuevas generaciones de smartphones, no los que ya están circulando en el mercado) perderían el uso de la tienda de aplicaciones, así como el de los servicios por parte de Google.
Parece lógico que Huawei, al ver amenazada su posición como el segundo fabricante de equipos en el mercado internacional, anuncie el desarrollo y lanzamiento de su propio SO. Esta estrategia le permitiría evitar su dependencia de Google en la producción de equipos, a lo cual, si se le suma su gran reconocimiento de marca alrededor del mundo y la calidad de sus dispositivos, los consumidores podrían responder positivamente, adoptando el nuevo SO y seguir operando sin mayor complicación.
Pero se olvida una cosa, un SO no es nada sin un ecosistema de aplicaciones.
En China, el uso de internet tiene un mayor número de restricciones a diferencia de lo que sucede en occidente. Muchas aplicaciones como Facebook, Instagram, whatsapp, gmail, buscador de google, mapas, entre otras, se encuentran bloqueadas.
Ante tal escenario, un nuevo SO que no necesite de todas las aplicaciones antes mencionadas funcionaría perfectamente para todos los dispositivos Huawei que se vendan al interior de China. Pero ¿qué pasaría con un SO así en un país donde estas aplicaciones son de uso constante y tienen importantes economías de red?
Muchos sistemas operativos adicionales a los dos en uso de manera masiva que conocemos actualmente (Android y iOS) dejaron de existir precisamente por la falta de un ecosistema sólido de aplicaciones. Basta recordar los casos de plataformas como Web OS (Palm), Windows Phone (Microsoft), BlackBerry 10 (RIM).
Adicionalmente hay que mencionar que las aplicaciones más usadas en el ámbito internacional pertenecen a compañías de los Estados Unidos por lo cual también se enfrentarían ante el problema de ver si son autorizadas para su uso en un SO perteneciente a Huawei.
Aún con la participación de mercado y los ingresos con los que cuenta Huawei, el desarrollar un sistema operativo propio, el cual no cuente con las aplicaciones más usadas por las personas, que tenga éxito fuera de China suena poco probable y sobre todo como un reto para la compañía si quieren permanecer en el mercado occidental.

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