Alertan sobre riesgo de la automedicación de anticonceptivos

“El 39% de las mujeres mexicanas en edad fértil se automedican algún tipo de anticonceptivo, lo que implica riesgos para su salud y eleva las posibilidades de embarazos no deseados”, comentó la Dra. Josefina Lira, Coordinadora de Medicina de la Adolescente del Instituto Nacional de Perinatología.
“Cada mujer es diferente y tiene características físicas y genéticas propias que deben ser consideradas al momento de elegir un anticonceptivo, es por ello, que las mujeres en edad reproductiva deben acudir con el especialista a fin de que sea éste quien determine el mejor método de acuerdo a su edad, antecedentes familiares, alergias, entre otros”, enfatizó la Dra. Lira en el marco de la conferencia “Porque cada mujer es diferente, conoce la importancia de tener el anticonceptivo adecuado”, organizada por Pfizer México.
Los anticonceptivos, también conocidos como métodos contraceptivos, imposibilitan o reducen las posibilidades de la fecundación de la mujer a fin de evitar embarazos. Existen distintos tipos de anticonceptivos, siendo los más populares:

  1. Hormonales, como las píldoras, inyecciones, parches o implantes
  2. De barrera, como el condón masculino y femenino, los óvulos y los diafragmas
  3. Dispositivos intrauterinos, como la T de cobre
  4. Definitivos como la ligadura de trompas o la vasectomía

De acuerdo a estimaciones del Consejo Nacional de Población, en México, las mujeres inician su vida sexual a los 19 años en promedio. A partir del momento que comienzan activamente su vida sexual, es fundamental que cuenten con un método anticonceptivo confiable para evitar embarazos no deseados.
En México, es común que las mujeres opten por un anticonceptivo recomendado por una amiga o alguien cercano a su círculo social, e incluso improvisar con métodos caseros, lo que pone en riesgo su salud y aumenta la probabilidad de un embarazo no deseado. La visita a un médico es fundamental para definir cuál es el método más apropiado según las necesidades particulares de cada mujer, tanto cuando se va a empezar a usar un tratamiento o cuando se va a cambiar de método anticonceptivo.
Los tratamientos anticonceptivos representan beneficios potenciales para la salud de las mujeres, como ejercer una maternidad plena y responsable, además de reducir la mortalidad materna e infantil. En caso contrario, de no acudir a un especialista y tomar un tratamiento inadecuado, los anticonceptivos pueden producir efectos adversos en la mujer como: dolor abdominal intenso, sangrado, dolores en las piernas, dolor en las mamas, depresión, náuseas, retención de líquidos, mareos, migraña, aumento de peso e incluso pérdida de la libido.
“Actualmente las guías de prácticas clínicas internacionales relacionadas con anticonceptivos, señalan a los tratamientos hormonales como las opciones más eficaces y seguras para atender a las mujeres que buscan evitar un embarazo” declaró la Dra. Josefina Lira.
El 76.6% de las mujeres en edad fértil y sexualmente activas, en nuestro país utilizan algún tipo de método anticonceptivo[1].
Según estimaciones del Consejo Nacional de Población, en México, el 98% de las mujeres en edad fértil, conocen al menos un método anticonceptivo, independientemente de la escolaridad y el contexto social (rural o urbano)[2]. Las mujeres cuentan con un alto grado de conocimiento respecto a este tema, pero en su vida cotidiana no consultan de primera mano a un especialista al elegir un método anticonceptivo.
Además existen una serie de mitos que dificultan que las mujeres cuenten con un tratamiento anticonceptivo adecuado y que desinforman a la población. Los principales mitos son: las hormonas causan infertilidad o esterilidad; después de cierto tiempo de tomar anticonceptivos hormonales es necesario un periodo de descanso para el organismo; provocan enfermedades crónicas como el cáncer e incluso que las  hormonas provocan sobrepeso.
“No existe ninguna evidencia científica que compruebe que los tratamientos hormonales generen cáncer en la mujer. Por el contrario se ha asociado una disminución de muerte del 12% en las causas de cáncer gastrointestinal, ovario, cérvix, endometrio y enfermedad isquémica en las usuarias de Anticonceptivos Orales Combinados  (AOC). “Los beneficios de los AOC van más allá, y reducen los riesgos de presentar algún cuadro de trombosis y accidentes cerebro vasculares”, comentó la Dra. Lira.
Las terapias anticonceptivas, además de garantizar la planificación familiar, tienen una serie de beneficios que pocas mujeres conocen. La regularización en los ciclos menstruales; disminución en la pérdida de sangre e incidencia de dismenorrea respecto a la ovulación; menor incidencia de quistes ováricos funcionales y embarazos ectópicos; reducción de posibilidades de presentar cáncer ovárico e incluso disminuye los problemas de acné.
Existen diversos factores que afectan la adherencia a un tratamiento anticonceptivo, entre las principales destacan: los efectos secundarios causados; temores y preocupaciones, y; mitos sobre los anticonceptivos. Para incrementar el grado de efectividad es importante informarse sobre el mecanismo de acción del tratamiento, revisar los efectos secundarios, explicar a la paciente los riesgos y cómo debe tomar su tratamiento, reportar si se presenta algún tipo de efecto secundario no descrito, concertar una cita dos meses después del inicio de la prescripción para una evaluación y garantizar una buena comunicación con el especialista.
Pfizer Fems cuenta con una gama de anticonceptivos que atienden las necesidades de cada mujer.

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