Lo impensable sucede: Intel podría fabricar procesadores de AMD, su mayor rival
En el mundo de la tecnología, hay rivalidades que parecen eternas, como la que por décadas ha enfrentado a Intel y AMD en la batalla por los procesadores. Cada año nos sorprendían con nuevas generaciones que prometían mayor rendimiento y eficiencia para nuestras computadoras y laptops. Pero hoy, estamos ante un giro que nadie hubiera imaginado: Intel, el gigante que dominó el mercado por años, podría convertirse en el fabricante de los chips de su mayor competidor. Esta posibilidad, aunque todavía en etapas preliminares, refleja los profundos cambios que está viviendo la industria del hardware y nos hace preguntarnos: ¿estamos presenciando el fin de una era de competencia feroz?
De acuerdo con reportes de Semafor, Intel estaría explorando la posibilidad de fabricar chips para AMD en sus plantas ubicadas en Estados Unidos. Estas conversaciones son iniciales y todavía no hay detalles sobre qué tipo de procesadores específicos se producirían. Lo que sí es claro es que este acercamiento no surge de la nada. Intel ha enfrentado una serie de desafíos en los últimos años, incluyendo decisiones de diseño que no funcionaron como esperaban, retrasos en sus procesos de fabricación y problemas en su relación con TSMC, el principal fabricante de chips a nivel global. Todo esto llevó a la empresa a una situación complicada de la que su nuevo CEO está buscando salir, apostando precisamente por una de sus fortalezas históricas: la fabricación de semiconductores.
El posible acuerdo con AMD forma parte de una estrategia más amplia de Intel para fortalecer su negocio de fabricación de chips en territorio estadounidense. Recientemente, la compañía aseguró una inversión de 5,000 millones de dólares de NVIDIA para desarrollar procesadores para centros de datos, mientras que SoftBank prometió invertir hasta 2,000 millones para producir chips de alto rendimiento. Estas movidas cuentan con el respaldo de la administración del expresidente Donald Trump, que busca fortalecer la producción tecnológica local. Sin embargo, que Intel fabrique chips para AMD no sería tan sencillo como parece. Existen importantes obstáculos técnicos y legales, especialmente relacionados con la capacidad productiva actual de Intel y la protección de la propiedad intelectual de AMD.
Desde el punto de vista técnico, Intel no podría fabricar los procesadores más avanzados de AMD, como los Ryzen 9000 o Ryzen 7000. AMD depende de tecnologías especializadas como chiplets y empaquetado 3D que TSMC domina perfectamente. Lo más probable es que Intel se enfoque en chipsets secundarios y SoCs que no requieran arquitecturas críticas. Actualmente, Intel cuenta con varios nodos de fabricación en sus plantas estadounidenses, pero no todos están listos para producción masiva. El nodo Intel 7 (10 nm) es el más maduro, mientras que Intel 4 (7 nm) está en producción inicial e Intel 3 (5 nm) en validación. El más avanzado, Intel 18A (1.8 nm), debutará pronto pero todavía no ha sido validado por clientes externos.
Este posible acuerdo nos hace reflexionar sobre cómo están evolucionando las relaciones en la industria tecnológica. Lo que antes era impensable hoy se discuta en mesas de negociación. Aunque AMD no obtendría ventajas técnicas significativas al trabajar con Intel, podría alinearse con las prioridades del gobierno estadounidense. Mientras tanto, Intel busca reinventarse y recuperar terreno perdido. El escenario es complejo y todavía no hay garantías de que este acuerdo se concrete, pero el simple hecho de que esté sobre la mesa nos muestra que en tecnología, como en la vida, los rivales de ayer pueden convertirse en los socios de mañana. El futuro de los procesadores podría estar marcado por colaboraciones que hoy nos parecen imposibles.
