La tecnología es mucho más que un protagonista en la industria cinematográfica
México, D.F., marzo, 2016 – La temporada de premios ya está aquí. Con la entrega de los Golden Globes celebrados en enero pasado y los Oscares en febrero, los famosos se reunirán y habrá un extenso debate sobre las mejores películas, programas de televisión, actores y directores, además de quiénes fueron los mejores vestidos, a quién se ignoró en las nominaciones y quién dio el mejor discurso.
Pero uno de los héroes olvidados de la industria del entretenimiento que no desfilará por la alfombra roja es la Tecnología de la Información (TI). Sin embargo, detrás de cámaras, la TI desempeña un papel importante y siempre evolutivo en llevar las películas a los cines y a los hogares.
Los días de almacenar las películas en latas han quedado atrás, ya que la mayoría de las cintas ahora se almacenan digitalmente. Como compañía de administración y almacenamiento de datos, NetApp trabaja detrás de cámaras para apoyar a los estudios más grandes en diferentes áreas, incluyendo renderizado, distribución digital y repositorios en el estudio.
Por ejemplo, las cintas se almacenan, distribuyen y entregan digitalmente —y, por lo general, en formatos diferentes—, lo que requiere una conversión de código. La conversión de código procesa el contenido de la película, también conocido como fotograma, de un formato (una combinación entre resolución espacial y temporal, características de color, técnica de compresión, velocidad de bits, información del archivo de cabecera, etc.) a otro en la cadena de suministro.
El renderizado de la animación y, aunque menos obvio, de los efectos especiales, es otra área en la cual se utiliza NetApp. Se trata de un procesamiento de video de otra naturaleza. Al igual que la conversión de código, es sensible a la latencia, y, por lo tanto, entre más rápido pueda el almacenamiento generar los archivos pequeños que juntos compondrán el cuadro, más rápido será el renderizado.
Los gráficos por computadora y las cintas 3D animadas han seguido elevando las posibilidades de lo que pueden hacer las computadoras. A finales de los años 90 se logró por primera vez renderizar las cintas animadas; sin embargo, el tiempo que toma no ha disminuido en los últimos 10 años. A medida que las computadoras y el almacenamiento se han vuelto más rápidos, los científicos informáticos y los animadores detrás de esas cintas han encontrado maneras de utilizar esa velocidad para crear elementos visuales más complejos y atractivos —personajes y fondos—. De hecho, los estudios están utilizando actualmente series de renderizado con decenas de miles de computadoras que operan las 24 horas del día, los siete días de la semana, para generar películas.
Una vez que la cinta está terminada, se realiza la conversión de código y se transfiere a paquetes de cine digital para entregarse físicamente en las salas de cine, así como a diferentes formatos para distribuirse a los proveedores de servicios de televisión y otros servicios masivos como Netflix, Hulu y YouTube. Esta es una descripción sencilla, pero las cintas son datos en cada etapa del proceso.
Por lo tanto, la necesidad de almacenar, transferir y procesar datos en la industria cinematográfica cuesta cientos de veces más por dólar de ingresos que en la industria de servicios financieros, así como la TI en general. Los estudios no pueden justificar la adquisición de todo el almacenamiento digital que podrían utilizar, de modo que el costo por capacidad, y, en el proceso de producción, el costo por ancho de banda, es mucho más crucial para ellos que los casos de uso de la TI en general.