Adopción TIC: Rompiendo la brecha de género
Ciudad de México, abril, 2016 .-La Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) estima que existen 200 millones de mujeres en línea menos que hombres. En 2013, Intel predijo que si no se tomaban acciones con respecto a la brecha de género, esta cifra podría aumentar a 350 millones en 2016. Lo que implicaría un menor acceso a herramientas de productividad, acceso a información y plataformas de comunicación para las mujeres, consecuentemente, mermando sus oportunidades de acceso a empleos, e incluso traduciéndose en brechas adicionales en términos de desarrollo social, económico y político.
En sectores como son el educativo, de salud, empleo e ingresos, persisten amplias diferencias en términos de igualdad, equidad y oportunidades para las mujeres. La única área en la que se ha acortado significativamente la brecha de género, debido a las posibilidades que permiten la conectividad en medios digitales es aquella de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), En esta era digital ya no podemos darnos el lujo de dejar a 200 millones de mujeres fuera de la esfera de la tecnología 1, señalan en su análisis Aline Moch y Estefanía Capdeville de The Competitive Intelligence Unit CIU.
En razón de la diversidad de servicios que permite acceder la tecnología, las mujeres alrededor del mundo privilegian el acceso digital, puesto que representa una herramienta de oportunidad para mejorar sus vidas. De acuerdo con GSMA, 89% de las mujeres en el mundo declararon que los teléfonos móviles ayudan a mantenerse en contacto con amigos y familiares. Pero no sólo se trata del uso del móvil para redes sociales y chats, para 68% de las encuestadas, tener un teléfono móvil representaba un elemento de seguridad.2 En este sentido, ya sea recibir noticias, ver videos, hasta la lectura de un libro o realizar actividades laborales, la variedad y uso que representa para las mujeres el acceso a los medios digitales, a través de smartphones, tablets, computadoras, etc., coadyuva al empoderamiento, libertad, independencia y seguridad de ellas.
Poseer dispositivos de acceso y utilizar servicios TIC por parte de las mujeres en México, es un indicador de los beneficios y las barreras que existen, en comparación con los hombres. Por ello, se debe tomar en cuenta que a pesar de que se ha cerrado lentamente la brecha de género en el plano de la adopción y la accesibilidad digital, falta camino por recorrer en otras áreas.
Índice Global de Brecha de Género
El Índice Global de Brecha de Género3 , desarrollado por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) analiza los cambios en los patrones de equidad entre hombres y mujeres en México. En su construcción metodológica, este índice cuenta con tres elementos a destacar: está hecho para medir brechas, no niveles; muestra la brecha de las variables de salida, no en las variables de entrada; y el ponderado de cada país indica la equidad de género, no el empoderamiento de la mujer.
Mientras que los primeros 10 países en el ranking –Australia, Bahamas, Francia, Finlandia, Guyana, Lavita, Lesoto, Nicaragua y Namibia- han cerrado completamente la brecha de equidad en los rubros de salud y educación, ningún país, en el mundo, ha logrado cerrar la brecha de equidad en participación económica y oportunidades ni en empoderamiento político.
De acuerdo con los resultados obtenidos, México ocupa el lugar 71 del ranking de 145 países. El Índice Global de Brecha de Género ubicó a nuestro país de la siguiente manera en sus cuatro variables de estudio:
Índice Global de Brecha de Género (México) |
Fuente: The Competitive Intelligence Unit con información del Global Gender Gap Report 2015 |
Como se observa en la tabla anterior, la variable de participación económica y de oportunidades es la más alarmante, al ocupar la posición 126 de 145 países evaluados. Este resultado se obtiene con el promedio de las siguientes variables de estudio: participación en la fuerza laboral, igualdad en ingreso por trabajo similar, ingreso estimado, trabajadores profesionales y técnicos, y puestos de alto rango empresarial y político. El promedio de las variables anteriores, es bajo y esto se debe a que México ocupa el lugar 128 en igualdad en ingreso por trabajo similar. Según los datos del WEF, las mujeres ganan 51% menos que los hombres por trabajos similares.
Continuando el análisis de la tabla resalta que México ocupa el primer lugar en el mundo en el sector salud. El resultado se debe a que el promedio toma en cuenta sólo dos variables: la proporción de sexo al nacer y la expectativa de vida. En México la expectativa de vida de la mujer supera a la del hombre (mujeres 77 y hombres 72), lo cual pone a México por encima del valor de equidad (valor=1). Dentro de las estadísticas de este rubro se encuentran números relevantes; como la fertilidad adolescente (nacimientos por cada 1000 niñas de 15 a 19 años) está en 84.6; mientras que los datos para VIH, malaria y tuberculosis se encuentran bajos y por debajo de la media internacional.
El reporte del Foro Económico Mundial de 2015 revela la brecha de género que existe en México. El principal motivo por el cual se evalúa esta es porque a través de la inserción de la mujer en el mercado laboral con equidad en recursos y oportunidades se puede elevar el nivel económico de un país entero. México, al ser un país en desarrollo, ha implementado esfuerzos que han ayudado a reducir la inequidad de género, un ejemplo es muy reciente eliminación de la brecha de género en el uso de Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC).
Sector TIC en México
La adopción de TIC ha crecido considerablemente en México, identificando uno de los sectores más dinámicos, inclusive mayor que la economía mexicana en su conjunto. Las tendencias de adopción de servicios y dispositivos muestran un acelerado crecimiento del mercado TIC en México.
Por su parte, la creciente adopción de servicios Banda Ancha Móvil (BAM), que alcanza 26.8% de los mexicanos, ha impulsado la penetración de la conectividad en el país. Así también, la incesante adopción de Smartphones, equivalente a 71.7% de las líneas móviles en el país, favorece el consumo de una multiplicidad de servicios y aplicaciones en internet, y, aunque el mercado de tabletas aún resulta pequeño, estimaciones muestran un crecimiento elevado en el consumo de servicios digitales.
Brecha Digital de Género
La evolución de la distribución de usuarios en los sectores TIC identifica una accesibilidad de los dispositivos entre la sociedad. En la siguiente gráfica se ilustra la equidad en la adopción de Smartphones entre hombres y mujeres, herramienta para nivelar las oportunidades entre estos y de transformación de la productividad.
Evolución de Penetración de Smartphones por Género |
Fuente: The Competitive Intelligence Unit |
Como se observa en el gráfico, 69.6% de las mujeres cuentan con estos dispositivos, mientras que 71.4% de los hombres, tan sólo una diferencia de dos puntos porcentuales. Es decir, la brecha de género en el acceso a dispositivos inteligentes se ha cerrado en los últimos años. Con ello se han reducido las diferencias entre hombres y mujeres en términos de poseer un Smartphone, pero aún queda camino por recorrer para homologar completamente el uso y acceso a las TIC en general. A pesar de que se registra una igualdad en el acceso a estos dispositivos, existen aún 30.4% de las mujeres con acceso a servicios de telefonía móvil, pero que no cuentan un teléfono inteligente, limitando las oportunidades de acceso a una multiplicidad de servicios aun para un porcentaje significativo de la población femenina.
Se identifica una condición similar cuando se analiza la brecha digital en el servicio de Banda Ancha Móvil (BAM). Al cierre de 2015, las mujeres alcanzaban una penetración de 26.5% del servicio, mientras que los hombres 28.0%. Esto indica en que a pesar de que el acceso a Smartphones se ha reducido en los últimos años, el acercamiento de las mujeres a Internet aún representa una desventaja significativa frente a los hombres.
Incluso cuando las mujeres poseen estos dispositivos, persiste una brecha de género importante en el uso que hacen de ellos, evitando que puedan aprovechar al máximo las ventajas que previene poseer uno. Las mujeres indicaron que utilizaban estos dispositivos móviles con menos frecuencia e intensidad que los hombres, especialmente en servicios avanzados, como es el caso de internet móvil.
El uso que privilegian las mujeres en México de la banda ancha móvil (BAM) es para chatear, en segundo lugar revisar redes sociales, dejando hasta en tercer lugar el uso del internet móvil para buscar información. Esto no varía con el uso de la BAM por parte de los hombres mexicanos, no obstante, las disparidades en el uso de la BAM se identifican en términos de nivel socioeconómico. Las mujeres de estatus socioeconómico alto y bajo poseen menos smartphones en proporción con los hombres, mientras que las mujeres de nivel socioeconómico medio tienen el mismo número de dispositivos que los hombres de nivel socioeconómico medio. Esto pone a las mujeres en circunstancias de vulnerabilidad y rezago en el uso de la tecnología y de las nuevas formas de comunicación.
En este contexto y debido a la reducción de precios en los servicios de telefonía móvil en el último año, la brecha de género del consumo promedio ha disminuido para la población mexicana como se observa en la siguiente gráfica.
Evolución de ARPU Por Género |
Fuente: The Competitive Intelligence Unit |
Al observar estas estadísticas de adopción TIC, queda claro que se ha acortado la brecha de género, pero al analizar la gráfica anterior se demuestra que la mujer consume menos servicios móviles que el hombre en alrededor de $10 pesos, lo cual se podría explicar por diversas razones.
Barreras a Acceso a las TIC
Existen indicadores que confirman que las mujeres en México continúan viviendo en una situación de inequidad, pues las oportunidades no son las mismas en educación, empleo e ingresos, entre otros, estos factores se ven reflejados en la brecha digital. El acceso a los dispositivos depende de las características sociodemográficas de las personas y con las habilidades digitales que los individuos cuentan para aprovechar plenamente estos y otras TIC.
Los resultados en referencia a la igualdad de género en las TIC demuestran que la brecha digital de género se ha acortado significativamente aunque aún está presente en un grado menor.
En razón de que los teléfonos móviles son el dispositivo a través del cual las personas de los países con ingresos bajos y medios acceden a Internet, si las mujeres siguen teniendo menos terminales inteligentes, seguirá siendo menos probable que tengan acceso a Internet en el futuro en comparación con los hombres.4 Sin entrar en mucho detalle, existen cinco barreras a las que se enfrentan las mujeres, de acuerdo con GSMA, que impiden a las mujeres ser propietarias y utilizar teléfonos móviles en países en desarrollo, estas son: costo, calidad de la red y cobertura, seguridad, niveles de confianza con los agentes y operadores, y competencia técnica (alfabetización digital).
Consideraciones Finales
La brecha de género persistente en los servicios TIC y uso de dispositivos digitales está asociada a una serie de barreras socioeconómicas y culturales que inciden negativamente sobre las mujeres. Sin una intervención claramente orientada por parte del gobierno, la sociedad civil y la industria, entre otros responsables de políticas públicas, es improbable que la brecha digital se reduzca por sí misma.
A la fecha, la disminución que se ha logrado en las diferencias de acceso a medios digitales ha permitido a las mujeres formar parte activa de redes de desarrollo, de apoyo y divulgación. Asimismo, se ha dado acceso a nuevos trabajos y profesiones, participación en iniciativas de aprendizaje interactivo y acceso a conocimientos e información para empoderar y mejorar las vidas de las mujeres. Beneficios que se traducirán en mejores condiciones socioeconómicas para ellas que impactan a la sociedad y a la economía en su conjunto.
Eliminar por completo la brecha de género en todos los sectores de la sociedad, depende de las acciones que se tomen hoy y las esfuerzos que se lleven a cabo en la sociedad. Es en este sentido que se necesita construir una agenda de igualdad que contenga propuestas viables para alcanzar el desarrollo incluyente de las mujeres en México. La Estrategia Digital Nacional, por ejemplo, tiene por objetivo la creación de redes de apoyo entre mujeres para impulsar su progreso en el ámbito profesional sobre todo en el sector de las TIC, en el que las mujeres tienen poca participación, paradójicamente.
En la comunidad internacional se han conformado planes de acción que promueven un nuevo conjunto de objetivos y metas universales. Uno de los que se identifica actualmente y será trascendental en los próximos años es elAction Plan donde las partes involucradas buscan animar a los gobiernos, sector privado, organizaciones no-gubernamentales, miembros de la sociedad civil y organizaciones intergubernamentales, a unificar esfuerzos y crear sinergias entre los procesos y los esfuerzos de desarrollo internacionales para cerrar la brecha digital de género a través de la conversión de los compromisos compartidos en medidas. 5
Se establecen cinco áreas críticas de acción que buscan cerrar aún más la brecha digital a nivel internacional, las cuales son: desarrollar estrategias y políticas con enfoque de género; garantizar el acceso a las TIC por las mujeres y las niñas, y disminuir o responder a las amenazas en línea que dificultan el acceso y uso de las mujeres a la tecnología; aumentar la enseñanza para capacitar a las niñas y mujeres en los medios digitales, para apoyar el desarrollo de contenidos, aplicaciones y servicios que satisfagan necesidades de las mujeres; promoción de las mujeres en el sector de la tecnología, incluyendo en posiciones de toma de decisiones; y establecer asociaciones entre múltiples interesados.6Estas como otras iniciativas y líneas de acción, son requeridas bajo un marco que fomente y acelere el desarrollo incluyente y sostenible, con el objetivo de alcanzar una eliminación absoluta de la brecha digital de género, ventana de oportunidad para transformar las condiciones socioeconómicas de las mujeres y consecuentemente, reducir o incluso eliminar otras brechas asociadas (educativa, salud, empoderamiento político, entre otras).