TV de Paga: ¿Por qué regular un mercado dinámico y competitivo?
Ciudad de México, Febrero 2018.- En la entrega pasada de esta columna, se distinguieron las diferencias conceptuales, de dimensionamiento y estructura de mercado que existen entre las figuras regulatorias de Agente Económico Preponderante (AEP) y Agente con Poder Sustancial de Mercado (APSM).
Concluimos que la primera basa su criterio de definición en una participación de mercado superior a 50% en el sector de telecomunicaciones en términos de usuarios, trafico y capacidad. Respecto a la segunda, va más allá de esta condición de participación de mercado, al requerir un análisis sobre la capacidad del agente en un mercado en específico (no en el sector en su conjunto) para fijar precios y/o restringir el abasto, de la existencia de barreras a la entrada, de la presencia y poder de sus competidores, de las posibilidades de acceso a insumos y del comportamiento previo del agente en cuestión, entre otras pautas[1].
Al examinar cada uno de estos elementos en el mercado de TV de Paga, el resultado no es concluyente sobre la existencia de poder sustancial. Si bien el principal operador (Grupo Televisa) registra una participación de mercado de 60.6% (2T-2017), una serie de variables y características operativas del segmento son indicadores de ausencia de un APSM, entre las que destacan: el marcado dinamismo de ingresos e inversiones; crecimiento notorio de los operadores competidores; ausencia de barreras de entrada; competitividad tarifaria existente; contestabilidad, diversificación y entrada de nuevos competidores, entre otros.
De acuerdo con un análisis recientemente publicado por The Competitive Intelligence Unit (https://goo.gl/9Pnbhh), el segmento de TV de paga y servicios convergentes es el más dinámico en términos de ingresos al interior del sector de telecomunicaciones, al registrar un crecimiento acumulado de dos dígitos (53.0%) en el periodo de tres años 3T2014-3T2017, con una tasa media anual de crecimiento (TMAC) de 15.2%.
En inversiones, destaca que el impulso competitivo presente en el mercado ha detonado los incentivos a invertir en el desarrollo y fortalecimiento de las redes de los jugadores. Tal que entre 2013 y 2016 crecieron 149.0% (TMAC de 35.5%) y en términos absolutos alcanzaron un monto de $28,038.6 mdp en 2016, una tercera parte (33.0%) del total ejercido en el sector.
En lo que toca al crecimiento de los competidores, se registran crecimientos significativos en suscripciones de TV de Paga. Por ejemplo, la TMAC de las suscripciones trimestrales de TotalPlay y Axtel fue de 72.2% y 15.3%, respectivamente entre 2T14 y 2T17. Mientras que en el caso de Megacable-MCM 11.3%, Grupo Televisa 11.2% y Dish-MVS 9.8%, por mencionar a los principales competidores.
En años recientes, este mercado opera en ausencia de barreras de entrada e imposibilidad de restringir el acceso a un insumo esencial como los contenidos audiovisuales relevantes, por la implementación del Must-Carry/Must-Offer, elementos que sustentan la contestabilidad, la diversificación de la oferta y la incursión de nuevos jugadores en el mercado.
Tal es el caso de la entrada reciente de Star TV al segmento satelital del mercado que se caracteriza por su competencia en precios, calidad, oferta diferenciada de canales y cobertura en zonas remotas de difícil acceso donde no existe una diversidad (o prácticamente ninguna) alternativa de servicio.
A partir de este escenario ostensible en el mercado de TV de paga en México, es claro que estamos en presencia de uno dinámico y competitivo que ha propiciado mejores condiciones de calidad, cobertura, confiabilidad y precio del servicio para los consumidores.
Así, cualquier determinación regulatoria que pretenda influir en la estructura y dinámica de mercado debe de tomar en cuenta estas circunstancias. La implementación de medidas asimétricas, además de perder su propósito, podrían alterar o peor aún revertir los beneficios hasta ahora alcanzados.
[1] Artículo 59 de la Ley Federal de Competencia Económica. https://goo.gl/mk1ZcJ